sábado, junio 17, 2006

¿Soles o solos?

En la iglesia, los novios ante el altar y el cura diciendo aquello de “María, quieres a Juan por esposo, para amarlo…” Y una voz que se escucha: “Y si no lo quiere para mí”

Hay personas que parece que han hecho de ese “y sino para mi” su ley de vida.

Su objetivo, captar la atención. Están siempre, en todo lugar, en primera fila, atentos a cada detalle, esperando un resquicio por el que colarse y subirse a lo más alto, para ser vistos por todos.

“Seres perfectos, envidiados e incomprendidos rodeados de manadas de hienas dispuestas a atacar”. Nunca se equivocan, eres tú, y los cien mil que ven lo mismo que tu, quienes yerran; No se dan por aludidos, es uno mismo quien los nombra (en clave, eso si) cuando habla de la reproducción asistida del calamar enano de tentáculos rosa fluorescente; Tampoco es que falten al respeto a nadie, ni mucho menos, es que tratan de ilustrar a los seres inferiores que pululan por el universo, los fallos cometidos en seguimiento de las hordas del mal y la confusión.

Si, reconozco que a veces dan ganas de decirles que se bajen del burro y aterricen en el planeta tierra. Pero da igual, no sirve de nada y tampoco es que merezca mucho el esfuerzo, porque al final sucede siempre lo mismo:

Un padre a unos metros de su hijo “Niño, ven aquí”. El niño no se mueve. El padre da un paso “Que vengas aquí”. El hijo permanece quieto. Tres pasos y amenazas más del padre, y el niño sigue sin mover un músculo. Un paso final del padre “Así me gusta, que vengas cuando te lo ordeno”

Pues nada, si de ese modo son felices, bien por ellos. Pero que no se empeñen en subirme a mí también al burro ¡coño! Que me da vértigo…

2 comentarios:

Joanna dijo...

Muy bueno
lo del padre que dices , se lo digo a Ona cunado va de anarco

Besos

Anónimo dijo...

Opino como joanna, muy bueno. Te estás superando :)

Besos