miércoles, mayo 21, 2008

Et c'est la vie

Nunca me gustaron las despedidas.
He pasado mi vida viendo como se marchaban los seres que he querido y, tonta de mí, no he aprendido a decir adiós… Permanezco varada en la orilla, con el corazón a medio latir y la mirada perdida en el horizonte hasta que los veo desaparecer.

Hoy debo arrancar de nuevo a caminar.
Con el equipaje cargado de recuerdos dulces y amargos, sueños cumplidos e ilusiones rotas; pero con espacio suficiente para que quepa lo que ha de llegar, por que en mi interior, como en el fondo de la mítica caja, la esperanza escondida me dice que algo vendrá.

Y porque sé que aún queda mucho, mucho más, que dar en mí.

jueves, mayo 15, 2008

En picado...


Soñé que era un espíritu libre.

Un pequeño águila a quien le gustaba planear, observándolo todo desde las alturas.
En mi cielo se cruzó otra águila, lo miré, me vi reflejada en él, y quise volar a su lado.
Y volamos juntos, sin dejar de volar por separado. Hasta que me perdí en la inconsciente fascinación de la danza a dos en el aire. Y trate de volar demasiado deprisa, demasiado cerca, demasiado alto, lastimando mis alas y amenazando con dañar las de mi compañero… Olvidé cómo me gustaba también volar en soledad.

He vuelto a recordar que la libertad no está en volar, con o sin compañía, sino en la comprensión de saber que podemos alzar el vuelo. Porque tenemos las alas: rotas o intactas, secas o mojadas, abiertas o plegadas. Están ahí para que aprendamos a usarlas cuando se nos ofrece la oportunidad de hacerlo, y disfrutemos con ello; Y siguen ahí incluso cuando no podemos hacerlo, para enseñarnos que tenerlas no significa que deban necesariamente ser usadas.


Es un@ mism@ quien decide cuándo y cómo quiere desplegar sus alas. Pero también es un@ mism@ quien acepta o no lo que implica tener y cuidar esas alas. Y un@ mism@ quien elige si depende de volar para ir en busca del alimento, o es capaz de usar los pies que también tiene…

Hoy he despertado sabiendo que soy un espíritu libre; que, pese a las apariencias, nunca dejé de serlo. Porque ya sea sola, en pareja, o en bandada, soy Yo quien tiene las alas, no las alas quienes me tienen a mí.

miércoles, mayo 14, 2008

Silencios que hieren

Quisiera mirar al Mañana, pero sólo veo un ayer difuminado entre las nieblas de la Duda y la Mentira.
Quiero sonreír, y esbozo una mueca falsa.
Quiero echar a correr, y mis pies no dan un paso.
Quiero gritar, y no sale sonido alguno de mi garganta.

Quisiera desatar mi furia, pero no encuentro nada contra lo que golpear mi rabia…




jueves, mayo 08, 2008

¿¿¿¿...?????

Toda conducta es útil en algún contexto

Una persona sana puede experimentar emociones negativas apropiadas (tristeza, desilusión, dolor, fastidio) cuando no ve cumplidos sus deseos. Se considera que estas emociones tienen una motivación constructiva, en el sentido de que ayudan a que las personas superen los obstáculos para conseguir sus metas, y también les ayudan a adaptarse positivamente cuando no se cumplen sus deseos.

EL COMPORTAMIENTO ASERTIVO
Expresar, al máximo de nuestras posibilidades, lo que queremos y deseamos de un modo directo, honesto, de forma adecuada, que claramente indica lo que deseamos de la otra persona pero mostrando respeto por ella, con el mínimo coste emocional, manteniendo una buena relación con las personas implicadas.

DERECHOS ASERTIVOS
1-Algunas veces tenemos derecho a ser los primeros
2-Tenemos derecho a cometer errores y a no avergonzarnos por ello
3-Tenemos derecho a ser el juez último de nuestros sentimientos.
4-Tenemos derecho a tener nuestras propias opiniones.
5-Tenemos derecho a cambiar de idea o de línea de acción.
6-Tenemos derecho a la crítica y a protestar por un trato injusto.
7-Tenemos derecho a interrumpir para pedir una aclaración.
8-Tenemos derecho a intentar un cambio.
9-Tenemos derecho a pedir ayuda o apoyo emocional.
10-Tenemos derecho a sentir y expresar dolor.
11-Tenemos derecho a no tener en cuenta los consejos de los demás.
12-Tenemos derecho a recibir reconocimiento explícito.
13-Tenemos derecho a decir “no”.
14-Tenemos derecho a estar solos, aunque los demás deseen nuestra compañía.
15-Tenemos derecho a no justificarnos ante los demás.
16-Tenemos derecho a no responsabilizarnos de los problemas de los demás.
17-Tenemos derecho a no anticiparnos a las necesidades de los demás.
18-Tenemos derecho a no estar pendientes de la buena voluntad de los demás.
19- Tenemos derecho a responder, o a no hacerlo.

Si algo he aprendido en esta vida es que mi vela la sujeto yo, y no soy de las que pone el palo en manos de los demás... Triste, si; fastidiada, quizás; pero digna de lástima, jamás!

martes, mayo 06, 2008

¿Y tú que miras, idiota?


Hay una tipa dentro del espejo que me mira con cara de conejo.
De conejo gilipollas, además. Asustada, confundida y quejica.

No se muy bien cuándo o cómo se ha colado ahí, o puede que siempre estuviese; pero la verdad es que no me gusta para nada, y empiezo a estar harta de verla: Hoy he decidido darle puerta.

No va ser fácil, no. La jodida se ha agarrado con fuerza, y hasta se ha permitido el lujo de ponerse cómoda… Pero lo haré, la echaré a patadas si hace falta. Por mi bien y por mí. Y por el de ella también.
Unas zanahorias de voluntad, unas hierbas de confianza, unos bocados de entusiasmo, unos kilos de esfuerzo, y un par de huevos (con perdón).

Y empiezo desde ¡Ya! A currar se ha dicho…

viernes, mayo 02, 2008

Sueños erróneos...

¡Qué poco basta para cambiar una vida!

Un día, sin aviso, entra en tu mundo una ilusión falsa; y va echando raíces, lentamente, hasta que te despiertas una mañana soñando con ella y te descubres haciendo planes de futuro, edificando castillos en el aire… una puerta aquí, una almena allá, alguna que otra muralla. Y te convences de que tus sueños se cumplirán, y esperas, paciente, el momento en que se hagan realidad.

Y de repente, otro día cualquiera el Destino se cruza en tu camino, y se lleva tu ilusión lejos de ti. Despiertas de tu sueño, y el castillo de las nubes comienza a derrumbarse, piedra a piedra, hasta dejar tan solo un montón de escombros que observas con sonrisa dolorosa…

Y entonces piensas: ¡Qué demonios, si tú nunca quisiste vivir en un castillo; lo construiste nada más porque tenías las piezas al alcance de la mano!


Y por fin descansas, porque ahora sabes dónde está el sueño,y dónde la realidad. Y comprendes que esa realidad es lo que quieres, lo que siempre quisiste, la que tu sueño equivocado casi te impide disfrutar...