
martes, diciembre 30, 2008
lunes, diciembre 22, 2008
jueves, diciembre 04, 2008
¡Que me lo expliquen!
Hay una fábula en la que suelo pensar cuando hago algo que no quiero hacer, y a sabiendas de que hacerlo será perjudicial.
Sí, es la del Escorpión y la Rana: Un escorpión deseoso de cruzar un río le pide a una ranita que lo ayude transportándolo en su espalda; la Rana, temerosa de sufrir la mortal picadura, se niega en un principio. Y el escorpión para convencerla le argumenta “yo no se nadar… si te pico en mitad del agua mi veneno te matará y yo me ahogaré contigo, por tanto puedes estar tranquila de que no lo haré” La ranita lo mira pensando para sus adentros que lo que dice es razonable, y convencida finalmente, accede a llevarlo. Pero en mitad del río, de repente, siente una picadura… Sin dar crédito, sabiéndose a las puertas de la muerte, se vuelve hacia el escorpión y con voz cargada de reproche le pregunta “¿Porqué lo has hecho…? ahora tu también morirás conmigo” Y el escorpión, mirando la lejana orilla con gesto desolado, le responde “no lo pude evitar, está en mi Naturaleza…”
Como diría aquél “no hay vuelta de hoja”, para bien o para mal, somos lo que somos; no se hasta qué punto se puede ir contra natura, o si sirve de algo, o si merece la pena el esfuerzo…
Sí, es la del Escorpión y la Rana: Un escorpión deseoso de cruzar un río le pide a una ranita que lo ayude transportándolo en su espalda; la Rana, temerosa de sufrir la mortal picadura, se niega en un principio. Y el escorpión para convencerla le argumenta “yo no se nadar… si te pico en mitad del agua mi veneno te matará y yo me ahogaré contigo, por tanto puedes estar tranquila de que no lo haré” La ranita lo mira pensando para sus adentros que lo que dice es razonable, y convencida finalmente, accede a llevarlo. Pero en mitad del río, de repente, siente una picadura… Sin dar crédito, sabiéndose a las puertas de la muerte, se vuelve hacia el escorpión y con voz cargada de reproche le pregunta “¿Porqué lo has hecho…? ahora tu también morirás conmigo” Y el escorpión, mirando la lejana orilla con gesto desolado, le responde “no lo pude evitar, está en mi Naturaleza…”
Como diría aquél “no hay vuelta de hoja”, para bien o para mal, somos lo que somos; no se hasta qué punto se puede ir contra natura, o si sirve de algo, o si merece la pena el esfuerzo…
Pero la pregunta que hoy ronda mi cabeza es otra: ¿Alguien podría decirme qué “está” en la Naturaleza del ser humano? ¿El Bien?, ¿el Mal?, ¿Ambos?, ¿Ninguno?
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