
Hay una tipa dentro del espejo que me mira con cara de conejo.
De conejo gilipollas, además. Asustada, confundida y quejica.
No se muy bien cuándo o cómo se ha colado ahí, o puede que siempre estuviese; pero la verdad es que no me gusta para nada, y empiezo a estar harta de verla: Hoy he decidido darle puerta.
No va ser fácil, no. La jodida se ha agarrado con fuerza, y hasta se ha permitido el lujo de ponerse cómoda… Pero lo haré, la echaré a patadas si hace falta. Por mi bien y por mí. Y por el de ella también.
De conejo gilipollas, además. Asustada, confundida y quejica.
No se muy bien cuándo o cómo se ha colado ahí, o puede que siempre estuviese; pero la verdad es que no me gusta para nada, y empiezo a estar harta de verla: Hoy he decidido darle puerta.
No va ser fácil, no. La jodida se ha agarrado con fuerza, y hasta se ha permitido el lujo de ponerse cómoda… Pero lo haré, la echaré a patadas si hace falta. Por mi bien y por mí. Y por el de ella también.
Unas zanahorias de voluntad, unas hierbas de confianza, unos bocados de entusiasmo, unos kilos de esfuerzo, y un par de huevos (con perdón).
Y empiezo desde ¡Ya! A currar se ha dicho…
Y empiezo desde ¡Ya! A currar se ha dicho…
1 comentario:
Pues hay otra tipa dentro del espejo que se mira con cara de liebre, nos vamos de garitos?
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