miércoles, diciembre 26, 2012



Llegaste… Cuando no te esperaba.

No te llamé… Pero viniste.

Te acomodaste entre los huecos de mi cuerpo, dejando que mis dedos te surcaran.

Dibujaste fantasías en la arena de mi playa, perfilando un horizonte de cielo azul y nubes blancas.

Hoy navegas hacia otros puertos, empujado por inoportunos vientos.

Y el infierno de mi isla arde en tu ausencia, con  las llamas avivadas de la distancia.

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