lunes, diciembre 22, 2008

Lehaim, por el revolucionario!



Pues eso... sed felices!

jueves, diciembre 04, 2008

¡Que me lo expliquen!

Hay una fábula en la que suelo pensar cuando hago algo que no quiero hacer, y a sabiendas de que hacerlo será perjudicial.

Sí, es la del Escorpión y la Rana: Un escorpión deseoso de cruzar un río le pide a una ranita que lo ayude transportándolo en su espalda; la Rana, temerosa de sufrir la mortal picadura, se niega en un principio. Y el escorpión para convencerla le argumenta “yo no se nadar… si te pico en mitad del agua mi veneno te matará y yo me ahogaré contigo, por tanto puedes estar tranquila de que no lo haré” La ranita lo mira pensando para sus adentros que lo que dice es razonable, y convencida finalmente, accede a llevarlo. Pero en mitad del río, de repente, siente una picadura… Sin dar crédito, sabiéndose a las puertas de la muerte, se vuelve hacia el escorpión y con voz cargada de reproche le pregunta “¿Porqué lo has hecho…? ahora tu también morirás conmigo” Y el escorpión, mirando la lejana orilla con gesto desolado, le responde “no lo pude evitar, está en mi Naturaleza…”

Como diría aquél “no hay vuelta de hoja”, para bien o para mal, somos lo que somos; no se hasta qué punto se puede ir contra natura, o si sirve de algo, o si merece la pena el esfuerzo…

Pero la pregunta que hoy ronda mi cabeza es otra: ¿Alguien podría decirme qué “está” en la Naturaleza del ser humano? ¿El Bien?, ¿el Mal?, ¿Ambos?, ¿Ninguno?

viernes, noviembre 21, 2008

Peques... adorables xD



Juajuajuas... Yo quiero uno de estooos...

domingo, octubre 26, 2008

1 de Noviembre



Los días se acortan, las noches se alargan; El viento juguetea con las hojas caídas del otoño; Se encienden los velones en los territorios de los muertos.

Es el fin del verano. La época de decir adiós a las cosechas y guardar a buen recaudo los frutos obtenidos. El tiempo de sentarse frente al hogar a escuchar las antiguas leyendas.

Y el momento en que el velo entre los mundos de los vivos y los muertos es apenas una delgada gasa…

Deja un cubierto vacío en tu mesa para aquellos que iniciaron el camino sin retorno; arroja las runas que esa noche te darán las respuestas; despide al rey Sol que se aleja; y pídele al Roble, señor del bosque, que proteja tu casa.

Es Samhain, Víspera de Todos los Santos.
Respeta la memoria de tus antepasados: porque aquél que no conoce de dónde viene, jamás comprenderá hacia dónde se dirige…

jueves, septiembre 11, 2008

La niña que fui...

Era una cocina enorme… o al menos a mí así me lo parecía.

Las baldosas de ladrillo rojo; la chimenea al fondo, siempre encendida; el agua fresca en las tinajas; leche de cabra, recién ordeñada;

Y mi abuelo, sentado frente al fuego con la mirada fija, perdido en sus pensamientos...
Recuerdo el columpio: una cuerda colgando de una rama del Eucalipto, junto al gallinero. El corral trasero, con el viejo carro. El huerto al lado de la charca. Los viajes a la fuente a lomos de la burra. Los ladridos de la “Pola” a nuestra llegada.




Ha pasado una eternidad. O tan sólo un suspiro.

domingo, agosto 31, 2008

Parabola

Desalmado.

Sentado frente al atardecer mirando la vida pasar.
Observando las mil caras del espacio-tiempo,
el sutil movimiento de un universo infinito…

Sin fe.

Un secreto escondido entre los pliegues del corazón.
El cuerpo cansado, la mente hiperactiva.
Y los sueños reflejados en las pupilas despiertas…

Sereno.

Una parte del todo, un Todo en sí mismo.
Está programado: desde la esencia de lo que somos,
hasta la meta a la que debemos llegar…

lunes, agosto 11, 2008

martes, agosto 05, 2008

miércoles, julio 30, 2008

Algo para recordar

Hace unos días tan sólo que ha salido a la luz el número 58 de El Ojo Crítico, el boletin que dirige y publica el investigador Manuel Carballal. Y pronto se cumpliran 15 años desde su aparición, que se dice pronto... Para celebrar este aniversario a su editor se le ha ocurrido un curioso proyecto que os presentamos y en el que os animamos a participar:

Saludos.


Dentro de unos meses se cumplen 15 años y 60 numeros de El Ojo Critico, y se nos ha ocurrido, para ese numero 60, intentar localizar las 10 mejores y mas desmitificadoras investigaciones sobre supuestos sucesos paranormales, que resultaron no ser tales. Cosas tipo la investigación de Marisol y Jose Antonio Roldan sobre los circulos de las cosechas, o la de Mañez y Cavanilles sobre Belmez, la de las Piedras de Ica de Vicente Paris, el pueblo "maldito" de Ochate de Enrique Echazarra, etc, o casos como las niñas del camposanto, UMMO, Semjase, etc... y pedimos vuestra ayuda.


Nos parece interesante que se trate de investigaciones que puedan ser consultadas en internet para que todo el mundo tenga acceso a ellas, o sobre las que exista bibliogracia publicada. Logicamente una investigación privada no publicada, por desmitificadora que sea no podrá llegar a todos los aficionados.


Durante los proximos meses, antes del número 59 de EOC, nos gustaria recibir vuestras sugerencias para elaborar una lista, lo mas completa posible, sobre la que luego pudiesemos votar, durante los meses siguientes, hasta el número 60.


Si se os ocurre alguna idea, por favor hacednos llegar vuestros comentarios a traves de este mail: elojoc@gmail.com


Para que esta propuesta de cooperación llegue al mayor número de personas posible, y podamos contar con el mayor número de ideas, os rogamos que divulgeis en vuestras listas de correo, blogs, webs, etc, este proyecto.

un saludo y gracias por la colaboración.




El pasado domingo 27 Julio finalizó la temporada del programa de radio La Rosa de los Vientos de Juan Antonio Cebrián. Sin duda, como los muchos seguidores sabemos, esta ha sido una temporada dura y triste por la desaparición inesperada del Maestro. Y para honrar y recordar su memoria nace ahora la “Asociación Cultural Juan Antonio Cebrián”. Una iniciativa que pretende:

Conservar y difundir la figura y el legado cultural de Juan Antonio Cebrián.
Fomentar actividades culturales en general.
Fomentar la comunicación, el intercambio de ideas y la cooperación entre asociados y ciudadanos en general.


Y como muestra de los actos y homenajes que oyentes y amigos le han ofrecido hasta ahora, en esta misma línea, podemos destacar el proyecto “El bosque de Cebrián”, el próximo “I Certamen de relatos cortos bosque de Cebrián”, o el “Espacio ecológico” en el programa El Abrazo del Oso.

jueves, julio 17, 2008

¿Quien eres, Mallorea?


Hace ya algo más de dos años que comenzó la aventura del “casoperdido”… Lo que nació como un simple pasatiempo ha acabado por convertirse en una parte más de mi vida.

Durante estos meses muchas cosas han ocurrido: algunas se han visto reflejadas en mis escritos; otras han sido contadas en diferentes sitios; unas pocas permanecen en el archivo secreto de mi memoria. Sucesos importantes o hechos triviales, pero siempre pertinentes. Y much@s han sido también los que se han asomado a mi ventana. Anónimos, conocidos, amigos, y quién sabe si hasta enemigos. Todos bienvenid@s.

Anoche, tras días de tregua, me visitó de nuevo mi querido amigo insomnio. Y sentada en su regazo me dio por pasear al encuentro de mis palabras… Y es curioso: leer lo que has escrito, recordar la idea o el motivo que te llevó a escribirlo, comprobar que han entendido u opinado aquellos que te han leído, lo que sigue en ti, y lo que se ha perdido.

Rebobinar lo vivido, lo sentido, lo pensado, lo imaginado… No siempre viene mal un alto en el camino.

Allí, parada en la madrugada, me vi de nuevo; y sentí que me conozco y me extraño, que me quiero y me odio al tiempo. Y me sigo preguntando quién soy. Y sigo buscando lo que quiero.

Y mientras continúe mi búsqueda, las páginas de este blog se seguirán llenando…

lunes, junio 30, 2008

Comienza el calvario...



Ardiente, opresivo, asfixiante… inmisericorde.

Días buscando la sombra, noches suplicando la brisa

¿Os he contado que odio el calor y el maldito verano?

domingo, junio 15, 2008

La vida es complicada






Gracias persona del otro lado del océano... Molas!

sábado, junio 14, 2008

En los brazos de Nut

Paseaba.
Bajo la difusa luz de un atardecer en calma.

Soñaba.
Con palabras de cariño suspensas en el aire.
Con caricias de silencios cómplices entre dos miradas.
Con sonrisas de ternura acomodadas en el corazón.

Sentía.
La calidez suave de los últimos rayos del sol.
La promesa de la brisa nocturna a mis espaldas.
La belleza de la Vida al galope de las almas.

Detuve mis pasos.
El sol brilló en el horizonte con un guiño de adiós. Y la noche cayó sobre mí.
Y me empapé de las sombras; de una oscuridad plagada de estrellas, familiar, acogedora, hermosa…

Y la risa que surgió espontánea en mi garganta me susurró su secreto en el oído.

jueves, junio 05, 2008

Desde la cornisa...


A un lado, el precipicio: el salto al vacío, al desaliento, a la promesa de un descanso que no es calma, sino rendición.

Al otro, la montaña: imponente, arriesgada, retadora, provocando a mirar la luna desde la cima.

No hay salidas; hay una elección.

Pero yo no necesito elegir, porque nunca he dejado de contemplar una sola opción.

Y no hace falta que diga cuál… :)

miércoles, mayo 21, 2008

Et c'est la vie

Nunca me gustaron las despedidas.
He pasado mi vida viendo como se marchaban los seres que he querido y, tonta de mí, no he aprendido a decir adiós… Permanezco varada en la orilla, con el corazón a medio latir y la mirada perdida en el horizonte hasta que los veo desaparecer.

Hoy debo arrancar de nuevo a caminar.
Con el equipaje cargado de recuerdos dulces y amargos, sueños cumplidos e ilusiones rotas; pero con espacio suficiente para que quepa lo que ha de llegar, por que en mi interior, como en el fondo de la mítica caja, la esperanza escondida me dice que algo vendrá.

Y porque sé que aún queda mucho, mucho más, que dar en mí.

jueves, mayo 15, 2008

En picado...


Soñé que era un espíritu libre.

Un pequeño águila a quien le gustaba planear, observándolo todo desde las alturas.
En mi cielo se cruzó otra águila, lo miré, me vi reflejada en él, y quise volar a su lado.
Y volamos juntos, sin dejar de volar por separado. Hasta que me perdí en la inconsciente fascinación de la danza a dos en el aire. Y trate de volar demasiado deprisa, demasiado cerca, demasiado alto, lastimando mis alas y amenazando con dañar las de mi compañero… Olvidé cómo me gustaba también volar en soledad.

He vuelto a recordar que la libertad no está en volar, con o sin compañía, sino en la comprensión de saber que podemos alzar el vuelo. Porque tenemos las alas: rotas o intactas, secas o mojadas, abiertas o plegadas. Están ahí para que aprendamos a usarlas cuando se nos ofrece la oportunidad de hacerlo, y disfrutemos con ello; Y siguen ahí incluso cuando no podemos hacerlo, para enseñarnos que tenerlas no significa que deban necesariamente ser usadas.


Es un@ mism@ quien decide cuándo y cómo quiere desplegar sus alas. Pero también es un@ mism@ quien acepta o no lo que implica tener y cuidar esas alas. Y un@ mism@ quien elige si depende de volar para ir en busca del alimento, o es capaz de usar los pies que también tiene…

Hoy he despertado sabiendo que soy un espíritu libre; que, pese a las apariencias, nunca dejé de serlo. Porque ya sea sola, en pareja, o en bandada, soy Yo quien tiene las alas, no las alas quienes me tienen a mí.

miércoles, mayo 14, 2008

Silencios que hieren

Quisiera mirar al Mañana, pero sólo veo un ayer difuminado entre las nieblas de la Duda y la Mentira.
Quiero sonreír, y esbozo una mueca falsa.
Quiero echar a correr, y mis pies no dan un paso.
Quiero gritar, y no sale sonido alguno de mi garganta.

Quisiera desatar mi furia, pero no encuentro nada contra lo que golpear mi rabia…




jueves, mayo 08, 2008

¿¿¿¿...?????

Toda conducta es útil en algún contexto

Una persona sana puede experimentar emociones negativas apropiadas (tristeza, desilusión, dolor, fastidio) cuando no ve cumplidos sus deseos. Se considera que estas emociones tienen una motivación constructiva, en el sentido de que ayudan a que las personas superen los obstáculos para conseguir sus metas, y también les ayudan a adaptarse positivamente cuando no se cumplen sus deseos.

EL COMPORTAMIENTO ASERTIVO
Expresar, al máximo de nuestras posibilidades, lo que queremos y deseamos de un modo directo, honesto, de forma adecuada, que claramente indica lo que deseamos de la otra persona pero mostrando respeto por ella, con el mínimo coste emocional, manteniendo una buena relación con las personas implicadas.

DERECHOS ASERTIVOS
1-Algunas veces tenemos derecho a ser los primeros
2-Tenemos derecho a cometer errores y a no avergonzarnos por ello
3-Tenemos derecho a ser el juez último de nuestros sentimientos.
4-Tenemos derecho a tener nuestras propias opiniones.
5-Tenemos derecho a cambiar de idea o de línea de acción.
6-Tenemos derecho a la crítica y a protestar por un trato injusto.
7-Tenemos derecho a interrumpir para pedir una aclaración.
8-Tenemos derecho a intentar un cambio.
9-Tenemos derecho a pedir ayuda o apoyo emocional.
10-Tenemos derecho a sentir y expresar dolor.
11-Tenemos derecho a no tener en cuenta los consejos de los demás.
12-Tenemos derecho a recibir reconocimiento explícito.
13-Tenemos derecho a decir “no”.
14-Tenemos derecho a estar solos, aunque los demás deseen nuestra compañía.
15-Tenemos derecho a no justificarnos ante los demás.
16-Tenemos derecho a no responsabilizarnos de los problemas de los demás.
17-Tenemos derecho a no anticiparnos a las necesidades de los demás.
18-Tenemos derecho a no estar pendientes de la buena voluntad de los demás.
19- Tenemos derecho a responder, o a no hacerlo.

Si algo he aprendido en esta vida es que mi vela la sujeto yo, y no soy de las que pone el palo en manos de los demás... Triste, si; fastidiada, quizás; pero digna de lástima, jamás!

martes, mayo 06, 2008

¿Y tú que miras, idiota?


Hay una tipa dentro del espejo que me mira con cara de conejo.
De conejo gilipollas, además. Asustada, confundida y quejica.

No se muy bien cuándo o cómo se ha colado ahí, o puede que siempre estuviese; pero la verdad es que no me gusta para nada, y empiezo a estar harta de verla: Hoy he decidido darle puerta.

No va ser fácil, no. La jodida se ha agarrado con fuerza, y hasta se ha permitido el lujo de ponerse cómoda… Pero lo haré, la echaré a patadas si hace falta. Por mi bien y por mí. Y por el de ella también.
Unas zanahorias de voluntad, unas hierbas de confianza, unos bocados de entusiasmo, unos kilos de esfuerzo, y un par de huevos (con perdón).

Y empiezo desde ¡Ya! A currar se ha dicho…

viernes, mayo 02, 2008

Sueños erróneos...

¡Qué poco basta para cambiar una vida!

Un día, sin aviso, entra en tu mundo una ilusión falsa; y va echando raíces, lentamente, hasta que te despiertas una mañana soñando con ella y te descubres haciendo planes de futuro, edificando castillos en el aire… una puerta aquí, una almena allá, alguna que otra muralla. Y te convences de que tus sueños se cumplirán, y esperas, paciente, el momento en que se hagan realidad.

Y de repente, otro día cualquiera el Destino se cruza en tu camino, y se lleva tu ilusión lejos de ti. Despiertas de tu sueño, y el castillo de las nubes comienza a derrumbarse, piedra a piedra, hasta dejar tan solo un montón de escombros que observas con sonrisa dolorosa…

Y entonces piensas: ¡Qué demonios, si tú nunca quisiste vivir en un castillo; lo construiste nada más porque tenías las piezas al alcance de la mano!


Y por fin descansas, porque ahora sabes dónde está el sueño,y dónde la realidad. Y comprendes que esa realidad es lo que quieres, lo que siempre quisiste, la que tu sueño equivocado casi te impide disfrutar...

miércoles, abril 23, 2008

Reflejo


Hielo. Un muro de hielo transparente e inquebrantable…

Te veo al otro lado, con nitidez, pero no puedo acercarme.

Las brasas de mi corazón no son suficientes para derretirlo, y tan sólo consiguen abrir un pequeño reguero que se confunde con las lágrimas vertidas de mi desesperación.
¿Y me pregunto porqué?
Y me rebelo. Y te doy la espalda. Y vuelvo a mirarte. Y me miro a mi misma.
Me asusta lo que encuentro. La confusión. Empiezo a sentir el pánico de la caída, el vértigo del oscuro pozo que me empuja a los infiernos de la incomprensión.

Y no quiero ir.

Rompe el espejo. Deja que mi mano llegue hasta ti, y sujétala.
Libérame de esta estúpida e inoportuna jaula de cristal.

domingo, abril 20, 2008

El ojo que ves...

BELLEZA

(De bello).
1. f. Propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas.


Pero… ¿Qué es lo que nos hace bellos? ¿Dónde reside la belleza absoluta? ¿Existe algo que sea bello para tod@s y para siempre?

A lo largo del tiempo y del espacio el canon de belleza ha ido transformándose, adaptándose a los gustos sociales del momento: la tez pálida del medioevo era un signo de distinción y nobleza; hoy nos tostamos bajo una máquina para conseguir un bonito bronceado. Los gimnasios y los “cuerpos danone” están a la orden del día; los chicos siguen criando músculos y las chicas aumentándose los pechos. Nos venden cremas, yogures, cereales, aparatos de gimnasio, dietas fabulosas. Metrosexuales, modelos 38, rostros perfectos…

Y cerebros ¿vacíos?

Sí, a todos nos gusta contemplar un cuerpo estético, disfrutar de la vista de algo bello, deleitarse con la hermosura. Y por supuesto, ansiamos también ser el objeto de la admiración de los demás, tener un 60-90-60 que haga las delicias de aquellos, y las envidias de aquellas, que nos observan.

Pero muy a menudo olvidamos que el aspecto exterior es sólo una parte, y no la más importante, de lo que somos…






Y pasan cosas como esta: Ana y Mia








No hay nada malo en cuidarse, en querer tener un aspecto bonito y una buena salud; lo peligroso es convertir ese anhelo en una obsesión hasta el punto de convertirnos en jarrones de porcelana sin rosas en su interior.

“El ojo que ves, no es ojo porque tú lo veas, es Ojo porque te ve…”

Cuando aquellos que verdaderamente te aman miran a tu pecho no son tus tetas lo que ven, sino tu corazón. Procura que tus flores no se marchiten y tu jarrón lucirá hermoso, aunque sea un simple tarro de cristal…


lunes, abril 14, 2008

martes, abril 08, 2008

N'importe quoi...



Hoy me siento como el día: gris. Con el alma tan mojada y fría como las calles de mi ciudad.

La tormenta ha llegado poco a poco; acercándose de puntillas y en silencio; escondiéndose en las sombras que proyecta mi luz; filtrándose a través de los huecos de mi mente, reptando por las venas como veneno directo al corazón…

Hacía ya demasiado tiempo: la intuía venir, la esperaba. Y ahora está aquí.

Pero en esta ocasión no voy a luchar. No quiero luchar. No necesito luchar.

Elevaré mi mirada al cielo y dejaré que la lluvia resbale sobre mi rostro y el viento golpee mi piel. Hoy dejaré que mi llanto fluya hasta sentirme vacía de toda emoción, hasta que nada importe, hasta que todo de igual.

Y mañana ¿quién sabe? Ya se verá.

jueves, marzo 27, 2008

Gollum contra Smeagol

Así podría describirse la batalla de mi cerebro en las noches de ralladas blancas…

El Gollum emocional que desea dejarse llevar frente al Smeagol racional que se empeña en ser precavido.

Uno quiere sentir, disfrutar, soñar, reír.

Otro analiza, duda, recuerda, llora.

Y otra noche más, en “tablas” a la llegada del alba…

martes, marzo 04, 2008

Hacer el amor con dios...

Quizás a más de uno puede que le choque el título de la entrada, incluso que alguno se escandalice… pero si tenéis la paciencia de seguir leyendo entenderéis el porqué de ello. (Y pido disculpas de antemano si alguien puede sentirse molesto, pero no es mi intención entrar a valorar las creencias de nadie, sino simplemente exponer mi pensamiento)

Hacer el amor con dios…” pues sí.

Para empezar debo aclarar que mi idea de dios es bastante personal: no es el señor de barbas blancas sentado en su trono de las nubes, ni el hijo revolucionario del amor, ni tampoco el Alá del Corán, ni Buda, ni Ra, ni Zeus, ni ningún otro que aparezca en el panteón celestial. Y lo son todos.
Como ya escribí anteriormente, creo que cada uno de ellos son lo mismo, la concreción de la idea que los humanos tenemos de aquello que no alcanzamos a comprender: el miedo a lo desconocido, la necesidad de sentirnos parte de algo, el “parche” a la soledad en la que nacemos y morimos, el deseo de permanencia más allá de lo corporal…

Yo comprendo a dios como algo que no es exterior o ajeno a nosotros mismos, sino algo que está dentro, que forma parte nuestra, como lo forman los pensamientos, los sentimientos, las emociones y todo aquello que nos individualiza haciéndonos “seres humanos”.

Y es en este sentido que entiendo la frase del título: para mí creer/amar/adorar a dios es sencillamente creer en la vida, amar de todas las maneras, adorar la belleza que nos rodea. Es disfrutar con los sentidos de cada instante, bueno o malo; es ser consciente del valor de cada ser, cada objeto, cada palabra, cada gesto; es buscar la respuesta a tus dudas; es compartir incluso aquello que no se tiene o no se quiere; es atesorar lo que te hace feliz y soltar el lastre de las penas que te impiden avanzar; es, en definitiva, “hacer gala” de todo lo que nos ha sido dado de la única y la mejor manera posible: utilizándolo.

Y sí, hago el amor con dios cada vez que tengo sexo y entrego y recibo placer con otro ser humano. Y me río con dios cuando algo me hace reír a carcajadas. Y lloro con dios cuando sufro. Y veo a dios cuando admiro la naturaleza y el mágico misterio del universo. Y toco a dios cuando abrazo y me abrazan. Y saboreo a dios en cada café. Y escucho a dios en la voz de las personas a las que quiero. Y amo a dios de mil formas diferentes, tantas como muestras de amor existen.

Y siento a dios especialmente cuando dejo de pensar en él y me dedico a llevarlo conmigo…

martes, febrero 19, 2008

jueves, febrero 14, 2008

Si amas, confía...

CUPIDO Y PSIQUÉ.

Había un vez, un rey, padre de tres hijas espléndidas. La más joven, Psiqué, era mucho más hermosa que sus dos hermanas y al lado de ellas parecía una diosa entre simples mortales. La fama de su hermosura se extendio por toda la tierra y de todas partes los hombres se ponían en camino para admirarla con rendida adoración y prestarle pleitesía, como si de una inmortal se tratara. Se llegó a decir incluso que la misma Venus no podía rivalizar con ella. Y cuantos más y más se presentaban ante ella, menos se acordaban de Venus. Los templos de la diosa estaban abandonados, sus altares cubiertos de frías cenizas y las ciudades consagradas a la diosa se convertían en ruinas. Todos los honores reservados hasta entonces se le tributaban a una simple muchacha, destinada a morir en día no lejano.
La diosa no podía aceptar semejante situación, y como siempre que se encontraba en apuros, requirió ayuda de su hijo, que unos llaman Cupido y otros Amor, y contra cuyas flechas no existe protección en el cielo ni en la tierra. Le contó sus cuitas, y, como siempre, se prestó a obedecer sus órdenes. "Usa tu poder - le dijo ella - y haz que esta pequeña desvergonzada se enamore locamente de la más vil y despreciable criatura que haya en el mundo". Él lo habría hecho ciertamente si Venus, olvidando en el furor de sus celos que aquella belleza podría ilusionar al mismo dios del Amor, no le hubiera mostrado antes a Psiqué. Cuando la hubo visto, el mismo Cupido se sintió con el corazón traspasado por una de sus flechas. Nada dijo a su madre; la verdad es que no tenía fuerzas para proferir una sola palabra y Venus se marchó convencida de que la suerte de Psiqué estaba echada.
Las cosas, sin embargo, ocurrieron de distinta manera a como ella creía. Psiqué no pensó nunca enamorarse de un malvado; en efecto, no se enamoró de nadie y, más extraño todavía, nadie se enamoró de ella. Los hombres seguían satisfechos en su contemplación, admirándola, adorándola, después pasaban de largo y desposaban a otra. Sus dos hermanas, aun siendo infinitamente menos seductoras, habían celebrado dos espléndidas bodas, cada una con un rey. Psiqué, la mas hermosa, triste y solitaria, admirada siempre, pero jamás amada. Le parecía que ningún hombre la querría por esposa y ello causaba gran inquietud a sus progenitores. Su padre intentó hallar a través del oráculo de Delfos un buen marido para Psiqué. El dios consintió en responder, pero su profecía fue terrible. Apolo decretó que Psiqué, vestida con negros crespones, debía ser llevada a la cumbre de una colina y permanecer allí sola; el marido que le sería destinado, una serpiente alada, terrible y más poderosa que los mismo dioses, llegaría hasta ella y la haría su esposa...
No se puede imaginar el desespero que se apoderó de aquellos a quienes el padre de Psiqué contó tan triste noticia. Se preparó a la joven como para sus funerales, y con mas lamentos que si se tratara de conducirla a la tumba la llevaron a la colina. Solo psiqué permanecía animosa y decidida. " Mas que llorar por mi -les dijo- debeis hacerlo por esta belleza que me ha granjeado la envidia del cielo. Marchad ahora, y sabed que deseo que pronto llegue el final". Desesperados partieron todos, abandonando a su destino a la radiante y desventurada muchacha y se encerraron en su palacio para llorar por ella el resto de sus días.
Sobre la colina, y en medio de la oscuridad, Psiqué permaneció sentada a la espera. Mientras temblaba y lloraba, en la calmada noche llegó hasta ella una ligera brisa, el dulce viento de Céfiro, el más suave de los vientos. Sintió que se elevaba. Se deslizó de piés por el aire sobre la colina rocosa hasta una pradera mullida como un lecho y perfumada por las flores. El hizo lo posible para que olvidara sus penas y la durmió. Despertó después a orillas de un claro arroyo a cuya vera se elevaba un castillo imponente y magnífico. Parecía destinado a un dios, con sus columnas de oro, muros de plata y suelos incrustados de piedras preciosas. Reinaba un silencio absoluto. Su interior parecía desierto y Psiqué se acercó cautelosa y atemorizada a la vista de tanto esplendor. Permaneció recelosa en el umbral cuando percibió unos ruidos; no veía a nadie, pero oía las palabras con claridad: "La casa es para tí -le decían-. Entra sin miedo y báñate, refréscate; en seguida se pondrá en tu honor la mesa del banquete".
Nunca había tomado un baño tan delicioso ni probado platos tan agradables. Mientras comía, escuchó a su alrededor una dulce música, como un arpa que acompañaba a un numeroso coro. La oía pero tampoco la veía. Todo el día estuvo sola, acompañada unicamente por las voces que escuchaba. Pero sin podérselo explicar presentía que su marido vendría al caer la noche. Y así fue. Cuando le sintió cerca de sí y escuchó su voz que murmuraba dulcemente a su oído, desaparecieron sus temores. Sin verle siquiera, estaba cierta que no era un mostruo ni tenia forma espantosa sino que era el amante esposo que tanto tiempo había deseado.
Aunque esta presencia mediatizada no podía satisfacerla plenamente, sin embargo se encontraba feliz y el tiempo transcurría rápido para ella. Pero una noche, su querido e invisible esposo le habló muy seriamente y le advirtió que un gran peligro le amenazaba bajo la forma de sus dos hermanas. "Vuelven a la colina de donde has desaparecido para llorar por ti -le dijo-. Pero no es conveniente que te descubran. Si lo hacen me causarás una pena inmensa y te destruirás a ti misma". Prometió no dejarse ver y pasó todo el día siguiente llorando, pensando en sus hermanas y en la prohibición que tenía de no consolarlas. Pero lloró todavia más cuando volvio su marido y ni siquiera las caricias que él le prodigó pudieron secar sus lagrimas. Al fin, con gran disgusto, él cedió: "Haz lo que quieras -dijo- pero, te lo repito, estas buscando tu ruina, tu propia destruccion". Después, solemnemente, le explicó que no se dejara persuadir por nadie para que intentara verle, pues quedaría separada de él para siempre. Psiqué obedeció entre protestas, pues preferia morir cien veces que vivir sin el. "Pero otórgame la alegría de ver a mis hermanas" le suplicó ella. Tristemente, él se lo concedió.
Al dia siguiente, llevadas por Cefiro, las dos hermanas descendieron de la montaña. Alegre, con el corazón palpitante de emoción, Psiqué las esperaba; su alegria era muy grande. Transcurrió largo rato antes de que las tres lograran hablarse; su alegría era muy grande y solo pudieron expresarse en suspiros. Por fin entraron en el palacio y las dos hermanas mayores revolvieron todos los magnificos tesoros. En un opulento festín escucharon maravillosa música. Y la envidia, la amarga envida y una curiosidad devoradora se apoderaron de ellas. ¿quién era el dueño de tal magnificencia? ¿quién era el esposo de su hermana? Querían saberlo pero Psiqué, que mantenía su palabra, solo les dijo que su marido era un hombre joven que estaba participando en una cacería. Después, les llenó las manos de oro y joyas y pidió a Cefiro que las devolviera a la colina. Dejaron a Psiqué, pero el fuego de los celos quemaba sus corazones. Comparadas con Psiqué, las riquezas propias y su felicidad les parecían nada, y su envidiosa colera creció tanto en ellas que llegaron a tramar juntas la perdición de su hermana.
Aquella noche, el esposo de Psiqué le advirtió una vez mas que no volviera a ver a sus hermanas. Pero ella replicó que no podia dejar de verlas. ¿Tenia que prohibirle ver a sus hermanas a quienes tanto amaba? El cedió de nuevo y en seguida las dos ruines hermanas llegaron. Traían planes muy concretos. Las palabras vacilantes de su hermana y sus contradictorias respuestas, cuando le pidieron que describiera a su marido, avivaron su curiosidad. Estaban convencidas de que, no solo Psiqué no lo habiá visto todavia, sino que incluso ignoraba su identidad. No le expusieron sus sospechas, pero le reprocharon por disimular tan triste situación a sus hermanas. Ellas lo habían comprendido, le dijeron, y estaban seguras de que su marido no era un hombre, sino mas bien la horrenda serpiente profetizada por el oráculo de Apolo. El de momento se mostraba dulce, pero llegaría una noche en que se arrojaría sobre ella para devorarla.
Psiqué, consternada, sentía que el terror invadía su corazon e iba matando poco a poco su amor. Muchas veces se preguntaba por qué él no le permitía verle, y sospechaba que debía tener para ello alguna poderosa razón, ¿Qué sabia de él en realidad? Si no era tan horrible, ¿por qué tenía la crueldad de ocultarse a su vista? Triste, temblorosa y balbuceante, dio a entender a sus hermanas que no podía negar lo que le decían, pues hasta aquel momento su marido no la había poseído sino en la mas profunda oscuridad. "Debe ocultar algo horrible para que tema tanto la luz del día" dijo ella sollozando, y les pidió consejo.
Ellas lo tenían ya todo previsto, pues lo prepararon con antelación. Psiqué debía ocultar un cuchillo bien afilado y una lámpara al lado de su lecho. Cuando su marido estuviera profundamente dormido, ella se levantaría, encendería la lampara y empuñando el cuchillo, lo clavaria en la figura horrible que la luz le descubriera.
La dejaron abrumada por la duda y fuera de si, sin saber qué partido tomar. Ella le amaba y él era su amante esposo... Durante todo el día sus pensamientos luchaban dentro de ella. Cuando llegó la noche, había abandonado la lucha. Estaba decidida a matarlo...
Cuando él se durmió apaciblemente, ella se revistió de valor y encendio la lámpara. Caminando sobre las puntas de los pies se acercó al lecho y, elevando la luz, contempló lo que tenía ante sus ojos. ¡Oh, su corazón sintió un profundo alivio y el más sublimado éxtasis! La luz no le hizo ver un monstruo, sino la más bella de las criaturas. Invadida por la vergüenza de su locura y por su poca confianza, Psiqué se hincó de rodillas y si el cuchillo no hubiera caído de sus manos temblorosas lo habría clavado en el propio pecho. Pero mientras se hallaba reclinada sobre él, contemplando tan gran belleza, una gota de aceite cayó de la lámpara en la espalda de aquel bello joven. Se despertó sobresaltado, vio la luz y comprendio la desconfianza de Psiqué, y sin pronunciar palabra se marchó.
Psique corrió tras él. No podía verle, pero oía su voz que le hablaba. Le dio a conocer su nombre y con tristeza le dijo adios: "El Amor no puede vivir sin confianza" y con esas últimas palabras la abandonó. "El dios del amor" pensó ella "era mi esposo, y yo, miserable, no tuve fe en su palabra. ¿Se ha marchado para siempre?. De todas maneras -pensó ella llena de coraje- puedo pasar el resto de mi vida buscándolo. Si él no quiere ya amarme, yo sabré demostrarle mi amor". Y se puso en camino sin rumbo fijo; solo sabía una cosa: que jamás renunciaría a volverle a encontrar.
Entretanto, él fue a reunirse con su madre para pedirle que curara su herida, pero cuando Venus supo su historia y comprendio lo que Psiqué había pretendido, llena de colera le dejó solo con su tristeza. Marchó en busca de la muchacha por cuya causa había sentido celos mortales. Venus estaba decidida a demostrar a Psiqué lo que cuesta escapar de la ira de una diosa.
La pobre Psiqué, en su desolado vagabundear, intentaba reconciliarse con los dioses. Les dirigia continuas y ardientes suplicas, pero ninguno de ellos quería granjearse la enemistad de Venus. Psiqué comprendio al fin que los dioses no le ofrecían esperanza alguna y tomó una rapida decisión. Se dirigiría a Venus, se ofrecería a servirla e intentaría apaciguar su colera. "Y quién sabe -se dijo- quién sabe si él no estará en casa de su madre". Y se puso en camino para encontrar a la diosa, quien a su vez andaba buscándola.
Cuando las dos se encontraron, Venus se echó a reír y le dijo con desprecio si buscaba un marido, el que había tenido y que rehusaba verla después que escapó de la muerte a causa de las quemaduras que ella le causara. "Pero en verdad -dijo la diosa- eres tan descarada y te preocupas tan poco de tu aspecto que jamas encontraras un enamorado. Para darte pruebas de mi buena voluntad voy a enseñarte cómo hacerlo". Pidio gran cantidad de semillas de las mas pequeñas, trigo, amapolas, mijo y otras, y las mezcló en un solo monton. "Por tu propio interés, procura que todas esten separadas para esta tarde" dijo la diosa. Y tras estas palabras se fue.
Psique quedo sola y, sentada, contempló el monton de semillas. No cabia en su cabeza la crueldad de esta orden que la desorientaba. además, le parecía inutil ponerse a realizar un trabajo de tan dificil ejecucion. Pero ella, que jamas despertó compasión de nadie en el mundo de los mortales ni de los inmortales, en esta penosa situacion suscitó la piedad de las mas pequeñas de las criaturas, las hormigas. "Venid, compadeceos de esta pobre criatura, ayudemosla pronto" se decían unas a otras. Todas respondieron a este llamamiento; vinieron en masa y trabajaron afanosamente separando y amontonando, y lo que fue un monton informe se convirtió en una serie de montoncillos bien ordenados, compuestos cada uno por una variedad de semilla. Así lo encontró Venus a su regreso, y al verlo se puso furiosa. "Aun no has terminado tu trabajo", le dijo. dio un mendrugo de pan a Psiqué y le ordenó dormir en el suelo, mientras ella se tendía en su lecho blando y perfumado.
Si la podía obligar por largo tiempo a un trabajo duro y penoso, e incluso hacerle pasar hambre, la belleza odiosa de esta muchacha no lo podría resistir. Entretanto, impediría que su hijo abandonara la habitación donde todavía se encontraba, sufriendo a causa de su herida. Venus se sentía satisfecha por el cariz que tomaban los acontecimientos
A la mañana siguiente se le ocurrió un nuevo trabajo para Psiqué, una faena peligrosa. "Abajo, en la orilla del río, donde crecen unos espesos zarzales, se encuentran corderos que tienen el vellocino de oro. Ve y traéme un poco de su brillante lana". Cuando la joven, extenuada, llegó junto a la corriente de agua, intentó lanzarse en ella y terminar asi sus penas. Pero al inclinarse oyó una debil voz que parecía salir del suelo. Bajó los ojos y notó que la voz provenía del rosal. Le decían que no debía ahogarse, pues las cosas no se le presentaban mal. Los corderos estaban muy nerviosos y alborotados, pero si Psiqué esperaba un momento en que por la tarde salían de sus rediles para descansar y abrevar a la orilla del riachuelo, solo tendría que entrar en los corrales y recoger los copos de lana enganchados en las zarzas.
Así habló el dulce y gentil rosal, y Psiqué siguiendo su consejo recogió gran cantidad de hilos de oro para su cruel dueña. Venus la recibió con helada sonrisa. "Alguien te ha ayudado -le increpó bruscamente- tu sola no lo habrías podido realizar. Te voy a dar otra ocasión de probar que tienes el corazón tan decidido como aparentas. ¿Ves aquella agua tan negra que desciende de la colina? Es el nacimiento del río terrible y aborrecido, el Estige. Llena este frasco". Era la prueba más dura que le habían impuesto. Psiqué se dio cuenta al llegar a la cascada. Las rocas que la rodeaban eran escarpadas y deslizantes; el agua se precipitaba por lugares tan abruptos que solo una criatura alada podía aproximarse. Y efectivamente, un águila la ayudó. Planeaba con sus enormes alas por los alrededores cuando vio a Psiqué y se compadeció de ella. Con su pico le arrebató el frasco de sus manos, lo llenó de agua negra y se lo devolvio.
Pero Venus se dio cuenta. Todo lo que ocurría la incitaba a pruebas más difíciles. dio una caja a Psiqué con la consigna de llevarla al hades y rogar a Proserpina, reina del mundo subterraneo, que metiera en ella un poco de su belleza. Psiqué debía insistir sin desmayos y hacer comprender a Proserpina que Venus padecía necesidad urgente, pues estaba ajada y agotada de atender a su hijo enfermo. Obediente como siempre, Psiqué se fue a buscar el camino que conducía al Hades. Cuando pasaba ante una torre, ésta se ofreció a guiarla y le señaló el rumbo que la llevaría al palacio de Proserpina: debía pasar primero por un gran agujero que había en tierra y después por el río de la muerte donde debía entregar una moneda al barquero Caronte para que la transportara a la otra orilla. Allí el camino descendía recto al palacio. Cancerbero, el perro de tres cabezas, guardaba las puertas, pero si ella le ofrecía un dulce se amansaría y le permitiría entrar.
Todo ocurrió como la torre anunció. Proserpina no deseaba más que servir a Venus; Psiqué, muy animada, tomó la caja y volvio más rapida que había ido.
Llevada por la curiosidad, y más todavia por su vanidad, quiso ver el encanto que la caja contenía y, a poder ser, usar un poco en ella misma. Al igual que Venus, sabía que su belleza estaba resentida por los sufrimientos y no le abandonaba un instante la idea de recobrar a Cupido. ¡Ojalá otra vez pudiera volverse mas bella para él! Incapaz de resistir la tentación, abrió la caja y con gran desencanto no encontró nada; estaba vacía. Entonces un decaimiento mortal se apoderó de ella y cayó en un profundo sueño.
En este crítico momento intervino el dios del Amor. La herida de Cupido ya había curado y deseaba ardientemente encontrar de nuevo a Psiqué. Es dificil contener el amor. Venus había cerrado las puertas, pero quedaban las ventanas. Nada más fácil para Cupido que escapar por una de ellas y buscar a su esposa. En un momento arrancó el sueño de los ojos de Psiqué y lo encerró en la caja. Después despertó a su mujer con un beso. La riñó un poco por su curiosidad, le dijo que llevara a su madre la caja de Proserpina y le aseguró que todo en adelante tendría un feliz desenlace.
Mientras Psiqué se apresuraba a obedecer, el dios del Amor se marchó al Olimpo. Quería asegurarse de que Venus no le pondría mas dificultades y planteó el caso ante Jupiter. El padre de los dioses y de los hombres consintió enseguida en todo lo que Cupido le pedia. Convocó a los dioses y les anunció (a Venus y a los demas) que Cupido y Psiqué estaban oficialmente casados y propuso conceder la inmortalidad a la esposa. Mercurio elevó a Psiqué hasta el cielo y la depositó en el palacio de los dioses. El mismo Jupiter le hizo gustar la ambrosía que le otorgaba la inmortalidad. Esto, naturalmente, cambiaba la situacion. Venus no podía ya censurar a la diosa que había llegado a ser su bella nuera. Se imponía una alianza y así penso que Psiqué, viviendo en el cielo con su marido, le faltaría tiempo para bajar a la tierra, acaparar la atención de los hombre e inmiscuirse en su culto.

Todo terminó felizmente. El Amor y el Alma (que es lo que significa Psiqué en griego) se buscaron y tras duras pruebas se encontraron. Y esta unión no debía romperse jamás.

domingo, enero 06, 2008

Un grito de socorro...

"Tengo 11 años y soy hijo único. Soy estudiante en la Escuela Primaria Mansur de Bagdad. Últimamente me he sentido muy solo en mi clase. Esta semana fui el único estudiante ya que mis compañeros, por diferentes razones, no vinieron a la escuela.
"Desde el mes de septiembre pasado, 3 de mis compañeros han sido secuestrados y otros dos asesinados. Uno murió junto a su familia, en su casa y el otro fue víctima de la explosión de una bomba hace un mes. Los demás han huido junto a sus familias hacia Jordania y Siria o sus familias les han prohibido venir a la escuela por miedo a que algo pueda sucederles.
"Vivo muy cerca de la escuela. Puedo caminar y llegar en dos minutos. Mi madre me lleva y me recoge todos los días. Ella reza todo el camino hacia la escuela y me dice que no tenga miedo. Me dice que al menos estoy estudiando y que un día voy a ser un hombre importante y dejaré Irak para siempre.
"Todos los días le pasa algo a algún niño de mi escuela y al día siguiente todas las aulas se quedan vacías y permanecen así por lo menos una semana. Las familias y los profesores tienen miedo y desesperación. Recuerdo que un día, cuando me marchaba de la escuela, cuatro hombres salieron de un automóvil y secuestraron a Jadija, una de mis amigas. Tenía sólo 10 años. Lloré durante varios días, aterrorizado por la idea de que la pudieran asesinar. Sus padres vendieron la casa y el automóvil para poder pagar el rescate y después la liberaron, pero ella estaba tan débil que tuvo que estar hospitalizada durante dos semanas. Ahora ella y su familia se encuentran en Jordania. La extraño, pero sé que eso es lo mejor para ellos.
"La única cosa que me da miedo es que si me secuestran sé que me asesinarán. Mi familia no tiene el dinero para pagar un rescate. Nosotros no tenemos una casa, un automóvil o alguna cosa que podamos vender. Así que por lo tanto seré otra víctima del terror en el que vivimos, pero tengo fe en que Dios me protegerá.
"Muchos de nuestros profesores han dejado la escuela. He oído que algunos han viajado al extranjero y otros han dejado de trabajar por razones de seguridad aconsejados por sus familiares. Los extraño a todos. Echo de menos los días en que solíamos correr por la escuela y regresar a casa por nuestra cuenta, sin preocuparnos por la violencia.
"Esta semana le pedí a mi madre quedarme en casa también ya que era el único niño en la clase, pero ella insistió en que fuera a la escuela. Estoy asustado pero debo obedecer a mi madre. Éramos 21 estudiantes y hoy soy el único en el aula.
"Cuando alguien me pregunta si tengo esperanza de que las cosas se arreglen y volvamos a vivir seguros les respondo que no, ya que la violencia se incrementa cada día y continúo perdiendo amigos. Ya no puedo estudiar más. No me concentro y los profesores ya no nos enseñan como antes. Lo que he estudiado estos días son materias que estudié hace dos años. No estoy seguro de que si sigo estudiando de esta manera pueda convertirme en el hombre importante que mi madre cree que seré".
No hacen falta las palabras: El que quiera entender, que entienda...

miércoles, enero 02, 2008

A sus Majestades de Oriente

Queridos Reyes Magos:

Podría empezar esta carta pidiendo que me traigáis regalos para mí, para mi familia y mis amigos.

Podría deciros que mis deseos son que haya amor para los que se sienten solos, paz para los que viven la guerra y la violencia, salud para los que están enfermos y prosperidad para los que pasan necesidad…

Podría contaros al oído que a veces sueño con un mundo perfecto donde no haya dolor ni tristeza; un lugar lleno de caras sonrientes, corazones alegres y almas satisfechas…

Pero si lo hiciera diríais que soy una egoísta perezosa, y con razón, porque regalar a los míos, acompañar a los solitarios, establecer la paz, cuidar de los que sufren, y ayudar a los necesitados es un trabajo que debo hacer yo, desde mi rinconcito y en la medida que pueda.

Así pues, no voy a pedir nada de todo eso…


“Queridos Reyes Magos:
Como niña buena que he sido este año, mi deseo es que dejéis en mi chimenea una buena dosis de la fuerza y la oportunidad de ser una persona mejor”