martes, mayo 01, 2007

En agua de nadie...

Solo…
En la cresta de la ola.
Zarandeado por los furiosos vientos de la crítica
Acunado por la suaves brisas de las alabanzas.

Inefable…
En constante lucha contra la corriente
Que te empuja a la orilla que añoras, para arrastrarte, al instante, hacia la inmensidad de la mar, en busca de los secretos que se esconden en la profundidad.

Incomprendido…
Con la mirada desafiando el horizonte y un corazón latiendo por la libertad.

Un hombre fuerte frente al escaparate de la humanidad,
Un viejo cansado frente a la injusticia de la sociedad,
Un niño asustado frente al espejo de su propia identidad…

Siempre habrá una isla en medio del océano donde refugiarte para tomar nuevo impulso, mientras dejas que el tibio sol te acaricie y seque las mojadas ropas de tu alma…

8 comentarios:

Anónimo dijo...

he nacido en medio del mar

he nacido en la cresta de las olas
en el país de las algas
mi blanca cuna aún está cálida
bosques de flores en mi morada
aliagas doradas todos los veranos Y he nacido en la cresta de las olas
en el país de las algas

Anónimo dijo...

Pues a ver si encuentro pronto esa isla porque ya me abandonan las fuerzas por momentos en este día a día agotador...

Anónimo dijo...

-"mira, esa chica
le gusta tenderse bajo la sombra de tus ramas
como le gustaba hacer a Ith el Insigne"
-sí, fíjate, tiene el mismo brillo en los ojos
de soñadora y aventurera
tendida, mirando hacia el Atlántico
que tenía Ith cuando pasaba aquí las tardes
soñando con hacer el barco
que lo llevó a las islas
-Crees que ella también lo intentará?
fíjate que triste está el mar;
la bravura del mar
la hace la temeridad de los pilotos
que se aventuran en él
cuanto tiempo lleva sin jugar el mar
con los intrépidos pilotos cantábricos
desde que no está Ith
ni Lughaid, ni Nar
los valerosos hijos de Breogán
los que contaban el tiempo por noches

Anónimo dijo...

Deja por un momento las prisas
descansa un poco, aqui, a la sombra de este pino
enfrente la playa...
enfrente el Atlántico
las gaviotas suenan a lo lejos
...relájate

a medida que tu mente se relaja
empiezas a percibir aquellas cosas que ignoramos habitualmente
y siempre están ahí
el susurro de la brisa en las copas de los árboles
va tomando un ritmo acompasado
como una melodía
como si estuviera sonando un arpa
y un arpista susurrara versos
En ese momento fue cuando te diste cuenta
de que el propio viento quería hablar contigo
de que los propios árboles
te querían decir algo
un sueño?, una alucinación?, una revelación?
no lo se
pero empezaste a entender aquellos susurros
¿y qué decían los árboles
qué susurraba la brisa?

.......................
perdona q te lo envié al revés
esta sería la 1º parte, pero así tb queda la respuesta abierta
Te puedes comentar a ti misma

Anónimo dijo...

De héroes y hombres

Ophiusa,
tierra agreste,
indómita, salvaje,
con sus brumas perpetuas,
con sus terribles temporales
y sus espumosas olas
embatiendo los colosales peñascos
de los cantiles.

Dime, caro bardo
de donde proceden nuestros ancestros?
-Una extraña gente
de la Hyperbórea
se cansaron de vivir entre hielos
en aquellos desoladores parajes
y un día
decidieron seguir el sol.
Su largo peregrinaje
acabó cuando llegaron al abismo
al final del mundo;
allí contemplaron
cómo el sol se hundía en las aguas
y se quedaron extasiados
habían llegado al final
al límite
que solamente se puede trascender
en forma de alma pura
así que decidieron
quedarse allí
hasta que les tocara el momento
de seguir más allá
tras las brisas marinas
tras las estelas de las olas
tras el vuelo de las aves.

Anónimo dijo...

En aquellas frías noches de invierno
se asomaban los héroes al acantilado,
para contemplar por última vez
aquellos diminutos puntos de luz
como luciérnagas
¡Las ánimas de sus seres caros!
-"No es bueno
que se vayan sin rumbo
sin recordar a los que quedamos.
Levantemos una torre
y encima de la torre un fuego perpetuo",
Aquellas palabras de compasión
pronunció Breoghan el valeroso
enternecido por la tan triste y silenciosa marcha
de aquellas desamparadas almas viajeras.

La torre de Breoghan
desafiaba en la cima del cantil
a los vientos
a las terribles galernas
a la furia del océano

¡No intimidaban los elementos
al insomne soñador Ith hijo de Breoghan!
que pasaba las noches
alimentando el fuego del faro
combatiendo el soplo del viento
que llevaba, furioso
una miríada de minúsculas gotas de salitre.

¡Belenos!, ¡Sígueme lanzando rayos!;
¡Poderoso dios que tanto das la vida como destruyes a los hombres!
que en esta noche tan oscura
deseo alcanzar el horizonte con la vista,
quiero, antes que nadie, descubrir
que mi amada vuelve del otro mundo...
¡O me llama, para partir con ella!

Así pasaron incontables noches
y las estaciones se sucedieron unas a las otras,
pero una noche de invierno
silenciosa, fría, tétrica
se despertó Ith de repente
se había quedado dormido en el faro
había dejado apagarse el fuego.
Disgustado, restregándose los ojos
se dio cuenta de que no se oía nada
ni el mar, ni las gaviotas
y esa extraña luz que lo envolvía todo,
pálida, blanquecina, del color de la muerte
"si hoy no sale la luna" dijo para sus adentros.
Algunos dicen que la vió por vez primera
cuando se asomó al borde para coger la antorcha
allá, en el horizonte marino,
se veía un fulgor... como un amanecer
y, recortada, la silueta de una isla a contraluz,
la reconoció de inmediato, la había visto en sueños:
era Tir'na nog, la tierra del más allá;
el destino de las ánimas
El destino de su amada.

"Ea, no esperaré aquí
a que me toque partir
ya he esperado bastante;
construiré un barco
y navegaré al otro lado"
Estas palabras cantan los bardos
desde que las pronunció
el intrépido y temerario Ith,
el primero de los muchos esforzados pilotos del atlántico
que llevaron su nombre y su memoria a las islas
al otro lado del mar.

Tonio - carteiro dijo...

Precioso. Bello. Hermoso. Tierno. Duro y, también, triste, pues nadie es capaz de ser tres cosas a la vez y vivir para contarlo. Este mundo, nosotros, sólo quiere una cara por persona, mucho menos tres, demasiadas astillas donde engancharse, poca madera para tanto diente afilado y tantas ganas de despedazar carne con alborozado morbo. Sin piedad, sin esperanza, un hombre de cuento, que nunca tendría una oportunidad en la vida real.

Y sin embargo, qué bonito :)

(Adivina qué he podido hacer al fin jejejeje)

Anónimo dijo...

De nuevo vuelvo a reencontrarme con las letras.. y de paso, vuelvo por estos parajes..

Un abrazo ;)