martes, junio 27, 2006

Por una sonrisa, un mundo

África. No sé si es, como se dice, el lugar donde nació la vida; pero si sé, que a día de hoy es el lugar donde se sigue peleando por ella.
La ley del más fuerte impera bajo las puestas de sol ardiente: el león que se abalanza sobre la gacela, el cazador que abate a tiros al león, el cocodrilo que devora entre sus fauces al cazador imprudente… La vida y la muerte: cara y cruz de la misma moneda. Y entre medias, la lucha por la supervivencia.
No estoy segura de hasta que punto la llegada de los europeos a los poblados africanos fue una suerte o una desgracia. Supongo, que como todo, hubo cosas buenas y cosas malas en la colonización.
El resultado es que mientras que nosotros nos preocupamos por hacer apuestas sobre quien ganará el mundial, en las aldeas del continente negro la apuesta está en saber cuantos hijos alcanzarán sanos y salvos la edad adulta.
Y no deja de temblarme el alma de rabia y de pena, cuando contemplo cómo allí, y en otros muchos lugares de este malhadado planeta, la situación de miseria, hambre y enfermedad pone una azada o un fusil en las manos de un niño, convirtiéndolos en mini adultos cargados con el peso de una responsabilidad que no deberían conocer.
Hay mil maneras de ayudar, aunque reconozco que no siempre uno puede ofrecer lo que no tiene, si queremos, basta un poco de voluntad para encontrar la que mejor nos resulte. Y aunque podamos salvar a un niño, a dos, a tres… ¿cuántos “salvadores” harían falta?
“Si le das a un hambriento un pez, saciarás su hambre un día; si le enseñas a pescar, saciarás su hambre para toda la vida”
No, no se trata de salvar a unos cuantos, sino de salvarlos a todos ofreciéndoles un futuro mejor, en el que ya no necesiten ayuda.

¿Sabéis, acaso, de algo más hermoso que la sonrisa de un pequeño? Yo no

sábado, junio 24, 2006

Más allá...


Hay un proverbio que dice “Si un problema tiene solución, porqué preocuparse; y si no la tiene, para qué preocuparse”. Con lo del “más allá” pasa lo mismo: si existe algo después de la muerte lo sabremos cuando pasemos, si no lo hay no habrá nada que saber...

Todos los seres humanos se han hecho, al menos una vez en la vida, esta pregunta ¿Hay vida después de morir?.
Yo me lo he preguntado, muchas veces, y pese a que el resultado final de mis reflexiones ha ido variando al hilo de mis convicciones, confieso que la balanza de la respuesta se inclina hacia el no. ¿Porqué? Por una “tonta” razón: si yo me muriese y encontrase algo al otro lado me daría de leches por volver a contarlo... Conociendo al resto de mi especie, creo que cualquiera haría lo mismo, y sin embargo no he conocido aún a nadie que lo haya hecho.

Y me diréis, eso no se sabe, existen las psicofonías, los polstergeist, los fantasmas, y todas esas manifestaciones paranormales susceptibles de ser tomadas como mensajes de los muertos. El problema es que nada nos demuestra que lo sean. Habéis escuchado alguna vez algo del tipo “hola, soy M.F.G., con DNI número tal; fallecí en accidente el día tal, y he vuelto para contar lo que hay después” ¿? Yo, desde luego, no, y me parece que un testimonio así no pasaría desapercibido. Claro que también podría ser que “algo” impidiese volver, lo cual nos llevaría a la otra Gran Pregunta, que dejaremos para otro día...

Volviendo a la cuestión inicial, existe una segunda posibilidad: la de que perdamos el “equipaje” al pasar al otro lado. Pero si dejamos atrás la conciencia de ser, los recuerdos, las vivencias... ¿qué queda del ser que fuimos? ¿No es, acaso, todo eso lo que nos conforma como únicos, lo que individualiza nuestra alma, espíritu, esencia o como queráis llamarlo? ¿No deberíamos rebautizar en este caso el más allá como “nuevo allá”? Con lo cual, la respuesta sigue siendo NO: no hay vida después de, sino otra vida, diferente, distinta y sin ningún puente o nexo de conexión con la anterior.

En cualquier caso, mientras no encontremos pruebas claras y contundentes, me temo que estamos condenados a naufragar en un océano de dudas, rodeados de espejismos de barcos que vienen a salvarnos, y sin otra opción que esperar a alcanzar la orilla para explorar la nueva tierra.

Yo sé que seguiré haciéndome la misma pregunta, y que muchos más se la harán... Pero, aunque mi curiosidad es grande, mi paciencia es casi infinita, y ¿sabéis qué? No tengo ninguna prisa por averiguar la respuesta...

sábado, junio 17, 2006

¿Soles o solos?

En la iglesia, los novios ante el altar y el cura diciendo aquello de “María, quieres a Juan por esposo, para amarlo…” Y una voz que se escucha: “Y si no lo quiere para mí”

Hay personas que parece que han hecho de ese “y sino para mi” su ley de vida.

Su objetivo, captar la atención. Están siempre, en todo lugar, en primera fila, atentos a cada detalle, esperando un resquicio por el que colarse y subirse a lo más alto, para ser vistos por todos.

“Seres perfectos, envidiados e incomprendidos rodeados de manadas de hienas dispuestas a atacar”. Nunca se equivocan, eres tú, y los cien mil que ven lo mismo que tu, quienes yerran; No se dan por aludidos, es uno mismo quien los nombra (en clave, eso si) cuando habla de la reproducción asistida del calamar enano de tentáculos rosa fluorescente; Tampoco es que falten al respeto a nadie, ni mucho menos, es que tratan de ilustrar a los seres inferiores que pululan por el universo, los fallos cometidos en seguimiento de las hordas del mal y la confusión.

Si, reconozco que a veces dan ganas de decirles que se bajen del burro y aterricen en el planeta tierra. Pero da igual, no sirve de nada y tampoco es que merezca mucho el esfuerzo, porque al final sucede siempre lo mismo:

Un padre a unos metros de su hijo “Niño, ven aquí”. El niño no se mueve. El padre da un paso “Que vengas aquí”. El hijo permanece quieto. Tres pasos y amenazas más del padre, y el niño sigue sin mover un músculo. Un paso final del padre “Así me gusta, que vengas cuando te lo ordeno”

Pues nada, si de ese modo son felices, bien por ellos. Pero que no se empeñen en subirme a mí también al burro ¡coño! Que me da vértigo…

miércoles, junio 14, 2006

Una visión del pasado

"Ni siquiera la fina lluvia que caía había logrado sofocar los incendios que se propagaban por toda la ciudad. El olor a muerte y destrucción se extendía por todos lados, impregnando el aire como si de un mal perfume barato se tratase.

En las calles del centro, junto a la catedral, y en las inmediaciones de la gran puerta forjada, de la que poco quedaba ya, se escuchaba aún el bullicio de la batalla. Los soldados, ebrios del fragor de la lucha, arremetían con furia contra todo lo que se interpusiese en su camino: el saqueo había comenzado.

Al otro lado, en las zonas más apartadas, el silencio se podía oír. En el adarve vacío, la luz de las escasas antorchas producía extrañas sombras en los muros de piedra.

Y con el crepúsculo, un tintineo metálico rompe la quietud: un soldado, probablemente despistado, deambula buscando a sus compañeros. Camina despacio, mirando a todas partes, la espada en la mano y el gesto cansado y huraño. “¿Qué ha sido eso?” Un sollozo apagado... No puede ser, la calle está completamente desierta, han huido todos; Y sin embargo... sí, ahí está otra vez; El joven guerrero, con más curiosidad que miedo, se acerca al rincón de la muralla de donde procede el ruido. Incrédulo, no puede entender lo que ve: desde una grieta, de apenas una anchura para que pueda entrar su brazo armado, unos pequeños ojos le miran con temor. Y el terror que no había hecho acto de presencia durante el día, mientras hundía su acero en las entrañas de sus enemigos, le sube ahora a la garganta ahogando un grito. Tras unos momentos de indecisión alarga su mano hacía el hueco, murmurando palabras tranquilizantes con una voz ronca.

Un ruido a sus espaldas...

Y la magia se rompió despertándome de mi ensoñación; me volví avergonzada hacia los dos turistas que me miraban extrañados. Tenía el brazo extendido, mis dedos apenas rozando la muralla. Seguía lloviendo, pero no había incendios que apagar; la única nota de muerte la ponía un cuervo que me contemplaba burlón desde una almena, con dos ojos negros... tan profundos y negros como los de aquella pequeña mozárabe escondida en la grieta –hace siglos reparada- de aquél oscuro rincón de la ciudad medieval"
Este texto inaugura la sección Relatos de una nueva web que os quiero recomendar.
Noticias sobre temas variados: ciencia, ecología, misterios, musica, literatura.
Descargas y enlaces de interes. Secciones sobre el mundo celta, sobre Tolkien, sobre el mundo del misterio...
Os animo desde aqui a que nos visiteis, participeis en nuestros foros, nos envieis noticias, articulos, etc., y nos comenteis todo aquello que os parezca de interés.
http://www.galizacelta.tk/ es la direccion provisional de la web. Tb tenemos un canal del irc #Galiza_Celta en el que sereis bienvenid@s
Estamos despegando apenas, asi que os pido paciencia, poco a poco iremos subiendo más contenidos por que, eso si, ilusión y ganas no nos faltan. Os esperamos.

viernes, junio 09, 2006

Niña, dame tu mano

“Tú, gitana que adivinas, dímelo, pues no lo sé.
Si saldré de esta aventura, o si en ella moriré.
O si en ella pierdo la vida, o si en ella triunfaré.
Tú, gitana que adivinas, dímelo, pues no lo sé.”


No estaría mal conocer el futuro. Saber si tendrás una vida larga, si esa persona con la que sueñas dormirá a tu lado, si el trabajo que acabas de encontrar te durará hasta tu jubilación…

Cuando dejamos que alguien nos lea la mano lo hacemos con la esperanza de que su visión sea positiva: queremos que nos diga que seremos felices, tendremos éxito y nos amaran locamente. En cambio, si nos dicen que seremos unos desgraciados, nuestro mecanismo de autodefensa nos hará escepticos ante la bola de cristal.

Pero, supongamos que nos advierten de algo que acaba cumpliéndose. ¿Ha acertado la gitana? ¿O es uno mismo quien, de alguna manera, ha hecho que la predicción se cumpla?

“Si deseas algo con la suficiente intensidad, el universo entero conspirará para que lo consigas” Uhmm, dicho así, parece absurdo ¿no? ¿Y si lo cambiamos por “si tienes fuerza de voluntad y constancia tus proyectos saldrán adelante, porque serás capaz de enfrentar y superar los problemas que se te presenten”?

Buscas trabajo, y preguntas a las cartas: si las cartas dicen SI, convencidos de que lo conseguiremos nos presentaremos a cuantas ofertas caigan en nuestras manos; si las cartas dicen NO, probablemente pensemos que nada de lo que hagamos va a servir, y nos quedaremos quietos.
Buscas trabajo, y no crees en las artes adivinatorias: lo intentas una y otra vez, hasta conseguirlo; te desanimas y te rindes al primer contratiempo.

La diferencia, a primera vista, radica en que sean otros, o seas tu quien labra ese futuro; pero en el fondo es lo mismo. Escrito o por escribir, conocido o por descubrir, lo que importa es que tú eres el personaje principal y tienes poder para decidir como quieres que sea tu libro. Y siempre puedes elegir si prefieres que narren tu historia, o ser tu propio narrador.

Si el futuro que tienes escrito no te gusta, rescríbelo.

martes, junio 06, 2006

Gracias

Cuando uno hace las cosas convencido del porqué, el cómo y el para qué las hace merece, sin lugar a dudas, un aplauso; porque podrá hacerlas mejor o peor, pero las hace, y ese esfuerzo espera, al menos, que nos enfrentemos a ese trabajo con respeto, intentando valorarlo en su justa medida. Independientemente de que el resultado sea acertado o equivocado, la alabanza no debería ser nunca adulación gratuita, ni la crítica un ataque personal ad hominem.

Y si además de hacer el trabajo, lo hacemos bien, nos podemos encontrar con algo como la revista EOC: una publicación hecha a base de curro y más curro que lleva doce años “cantando las verdades”…



En 1993 había mucha actividad en el mundillo paranormal español. El grupo Aztlan, y su contacto, Genom, vivían su mejor momento. El sacerdote Francois Brune nos acercaba al más allá de la muerte, con la TCI, y el Houbble al más allá del espacio, con la primera foto de un agujero negro.
En 1993 el cirujano psíquico Stephen Turoff era procesado por intrusismo profesional y fallecía el “hermano Pedro”, uno de los médium más influyentes del espiritismo español. Pero también Marcelo Truzzi, Richard Broughton y Stanley Krippner participaban por primera vez, que no por ultima, en un congreso español de parapsicología científica, y los OVNIs llegaban al Parlamento Europeo, tras el congreso ufológico de Italia y la redacción del “informe Regge”Ese año, y mientras el Dr. Jiménez del Oso dirigía la revista Espacio y Tiempo, precursora de la actual Enigmas, en televisión, su vacío era llenado por Andrés Aberasturi (Antena 3) y Félix Gracia (Tele5) quienes se repartían la audiencia del misterio. Pero fue Gracia quien consiguió sentar en el mismo plató este año, por primera y ultima vez, a J.J. Benítez y a Vicente Juan Ballester Olmos frente a frente, gracias, todo hay que decirlo, a las hábiles gestiones de Javier Sierra.
Andreas Faber Kaiser se debatía entre la vida y la muerte (su artículo en el número 56 de Mas Alla es histórico), y J.J. Benítez publicaba “Materia Reservada” y “Mis enigmas favoritos”, que llevaban su forma de ufología al gran público. Al mismo tiempo Nacho Cabria publicaba, con la fundación Anomalía “Entre Ufólogos, Creyentes y Contactados”, destinado a los verdaderos amantes de la ufología.
Y en medio de todo eso, surge una nueva publicación. Un humilde boletín hecho artesanalmente, que compartía espacio con otros muchos fánzines similares editados en la época: “El Colegio Invisible”, de Javier Sierra; “La última hora”, de Iker Jiménez y Lorenzo Fernández; “Frontera Científica”, de Ricardo Campo y José Gregorio González, o “Desclasificado”, del LACIP, entre otros. Hoy todos ellos, menos EOC, desaparecidos.

Si vuestros ojos no temen la información rigurosa y verdadera podréis seguir leyendo en http://www.ojo-critico.blogspot.com/ y bajar de Internet http://www.fraudesparanormales.com el último numero del EOC, un numero especial (el 50) que echa la mirada atrás sin dejar de contemplar el futuro.

Tal vez os guste, tal vez no… pero no dejéis de pensar en aquellos que lo han hecho posible, porque todos ellos han dejado algo de su tiempo, dinero, ilusión y capacidades -en definitiva, un trocito de ellos mismos- para que los demás lo podamos disfrutar. Y lo hacen sin que nadie les obligue a ello. ¿Acaso no agradecéis un regalo cuando os lo dan (aunque sea la corbata horrorosa de rigor)?

Yo desde aquí quiero agradecer a Manuel Carballal (editor) y a todos sus colaboradores, su trabajo y sus ganas de “hacer cosas”. Y me gustaría extender ese agradecimiento a todos los que día a día me ofrecen las fuentes en las que saciar mi sed de curiosidad:

A Lois (mi héroe xD), Fco Mañez, los adimensionales Paco Calahorro y David Garcés, los hermanos Marisol y J.Antonio Roldán, Joseph Guijarro, J.A. Cebrian y su equipo de la Rosa de los Vientos, Juan Marsella, Manuel Capella, Fco del Toro, … Y a todos los divulgadores e investigadores del mundillo del misterio. Incluso a Iker Jiménez y la Seip, con Pedro Amoros a la cabeza, por que, a pesar de que no comparta siempre las opiniones de cada uno de ellos, me consta que se esfuerzan en hacerlo lo mejor posible.

Y sobre todo, porque, por encima de afinidades y hostilidades, son personas que me han ofrecido su amistad, su cariño, y la posibilidad de aprender de ellos y pasarlo bien.

Por ultimo, quiero dar las gracias tb a mi “peke” Beleg, por haberme contagiado la ilusión del nuevo proyecto que pronto os presentaré, y darme la oportunidad de ser yo, por una vez, quien ofrezca las fuentes en las que otros beberán (espero).

sábado, junio 03, 2006

¿Cual es tu color?

Cada vez que veo una discusión sobre razas, política, etc. no puedo evitar ponerme a pensar en los niños... ¿Os habéis fijado en lo que sucede cuando niños de diferentes razas se reúnen? Pues, ni más ni menos que... ¡juegan juntos!
Los pequeños no saben de razas, culturas, política o religión, y para ellos, el compañerito de piel morena o la niñita japonesa son sencillamente eso, amigos con los que pegar una patada al balón o jugar a las muñecas...
Es más tarde, al hacernos mayores, cuando nos fijamos en lo que no nos es común.
No odiamos al árabe por que sea árabe ( de hecho, creo que la mayoría no sabríamos explicar que es un "árabe"), lo odiamos porque es "diferente" y nos han enseñado erróneamente que ese adjetivo va unido a conceptos como "peor", "inferior" o "malo".
Es una lástima, porque yo estoy convencida de que todos los humanos somos iguales: vivimos, sentimos y pensamos las mismas cosas, aunque de distinta manera.
Todos tenemos los mismos vicios y las mismas virtudes. Pero los vicios de los demás son más reprobablesy nuestras virtudes más loables... Nuestro ego nos hace creer que nuestras opiniones son las únicas validas y que es nuestro "deber" imponerlas, salvando a los pobres equivocados que no piensan igual... ¡Qué estupidez!
Llamadme ilusa si queréis, pero a veces me gustaría que todos fuésemos un poco Peter Pan negándonos a perder la mirada limpia de los niños... Tal vez así dejaríamos de jugar a la guerra y jugaríamos un poquito más a los "médicos y enfermeras"